2/7/08


A sus pies el frió suelo del aliento de lo eterno,

detrás, el atardecer enmarcando el sendero andado.

Caminan lentamente y en silencio

deslizando sombras entre lapidas y tumbas

cual ángeles caídos en busca del inexistente perdón.

Peregrinaron sus vidas con una finalidad

en un horizonte conspicuo, carente de ensoñación

Fueron ellos, dos tormentos del destino

resueltos en una simple desilusión

dos almas diferentes bajo el peso de una misma piedra.

Detenidos ante la puerta a punto de dar el paso final

antes, una mirada y una silenciosa aceptación

a los pies de un viejo altar coronado por la cruz de un dios olvidado

Presentes ante el resplandor de una hoja creada con un solo destino.

Pequeños rasgones y una profundad hendidura

delicadas lagrimas se deslizan por sus rostro

junto al abrazo del amor eterno

colmando sus alma de infinita seguridad

-Ya no hay temor en este viaje, estas en mis brazos amor .

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta vez, me sorprendiste, de donde sacaste aquellas expresiones como la de las almas que soportan el peso de la misma piedra, es simplemente una linea tan descarnada, una expresion tan completa... y el final... el final es increible... sabes, al leerte me traslado a mundos, que, aunque de grises matices plagados, conservan cierta tibieza amiga de mi piel... byee